Pasan las semanas y, lejos de presentar
mejoría, el Betis B va hundiéndose cada vez más en un hoyo que, de no tomar las
medidas necesarias, se acabará convirtiendo en un pozo sin salida. La abultada
derrota en Linares (4-1) deja en una situación aún más crítica al filial verdiblanco,
al que la Tercera División comienza a acechar.
En el peor arranque de su historia,
el filial del Betis solo ha sumado 4 puntos de 30 posibles, situándose a 7
puntos de la salvación tras 10 jornadas de Liga disputadas. Por si fuera poco,
los 4 puntos llegaron gracias a milagrosos goles en el descuento, por lo que
perfectamente podríamos estar hablando de una puntuación aún menor.
A la defectuosa planificación llevada a cabo por Macià y Buenaventura, dejando que se marchen muchas piezas claves del filial verdiblanco y no trayendo los refuerzos suficientes, se le une la incapacidad
mostrada en lo que va de temporada por Juan Merino y Capi. Si bien el año
pasado realizaron una extraordinaria campaña tanto en el Betis B como en el
primer equipo, en el presente curso han demostrado todo lo contrario. El juego
que propone el onubense, al pelotazo en repetidas ocasiones, no es que sea el
más indicado para un filial. Además, llama la atención la extraña decisión de
no contar con algunos de sus jugadores de más calidad, como es el caso de
Hinojosa.
Por no mencionar los rumores
contractuales que han circulado en torno a la cantera verdiblanca en los
últimos meses. A todo esto hay que unir el pasotismo para tomar decisiones de
la directiva y la dirección deportiva, para quienes el Betis B parece no
existir. En el seno del club no parecen muy dispuestos a realizar el intento de
evitar un ridículo histórico del Betis B, como ya pudimos escuchar hace poco en
boca de Macià, quien dijo que el filial estaba trabajando bien y que no le
preocupaba su situación.
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