Casi 50.000 corazones acompañaron al Betis en su vuelta al lugar que le corresponde, con sus correspondientes 50.000 gargantas que llevaron en volandas al conjunto verdiblanco antes, durante y después del partido, siendo el punto álgido de una temporada en la que la afición bética ha dado una lección de fidelidad y amor a unos colores.
Pocas cosas se pueden decir ya de la siempre maravillosa afición del Betis. No se puede poner ni una sola queja a la fiesta vivida el domingo en el Villamarín, una celebración acorde con lo conseguido, lejos de lo desproporcionado que hubiera sido sacar un autobús descapotable a la calle. Un tifo de Betisweb acompañó a la salida del equipo, mientras que Gol Sur ponía más colorido con globos verdes y blancos. Los habituales cánticos de Gol Sur y la Grada 1907 se multiplicaron y ni siquiera la lluvia estropeó la noche. Al contrario, mientras más agua caía, con más fuerza cantaban y saltaban los béticos. El Villamarín, literalmente, tembló al ritmo de 50.000 locos de la cabeza.
En cuanto al partido, más de lo mismo: marcaron los de siempre, Rubén Castro suma 115 goles (32 en esta Liga) y ha hecho 3 dobletes seguidos por primera vez, Jorge Molina está a 4 tantos de Alfonsito, etc. Partido tras partido agrandando sus gigantescos números, llegando a ser repetitivo. Son los dos grandes artífices del ascenso, aunque también hay otros, en mayor o menor medida: Adán, Molinero, Bruno, Figueras, Varela, Dani Ceballos, Portillo, Rennella... Unos serán más válidos y otros menos para Primera División (ése es un asunto distinto), pero las buenas actuaciones de estos futbolistas son los que nos han devuelto a la élite del fútbol español.
Y, para ser justos, gran parte de "culpa" del ascenso también la tiene Pepe Mel, un entrenador que puede tener cualidades y también carencias, pero al que el banquillo del Betis le viene como anillo al dedo. Tras el meritorio 12/12 puntos de Juan Merino, clave en la resurrección del equipo, Pepe Mel supo dirigir al Betis hasta la primera posición, lugar en el que finalmente va a acabar el campeonato. Los números del madrileño son incontestables: 15 victorias, 6 empates y 1 derrota, con 47 goles a favor y 16 en contra, y segundo ascenso como entrenador del conjunto de La Palmera.
Objetivos, metas, obligaciones... Lo único cierto es que el Betis ha cumplido, con dos jornadas de antelación, lo marcado a principios de esta temporada. Lamentablemente, era lo máximo a lo que podíamos optar esta campaña, pero lo hemos conseguido. El Betis ha logrado su 12º ascenso a Primera, 13º si contamos el de Tercera a Segunda. 13, como las barras de nuestro escudo. Ahí debe quedar la cifra. Y 7º campeonato de Segunda, que también debe ser el último.
Dos días después, todavía con la alegría en el cuerpo, hay que empezar a mirar al futuro, que afortunadamente está en Primera División. Como rezaban las pancartas mostradas en la Grada 1907, el bético tiene que cambiar la mentalidad y exigir un club grande que se aleje de la mediocridad a la que nos tiene acostumbrados últimamente, pero, a la misma vez, sin caer en el error de confundir Manquepierda con conformismo y sin poner a ninguna persona por encima del escudo del Real Betis Balompié.
La afición bética ha aprendido la lección, pero parece que los pesos pesados del club también lo han hecho, o eso manifiestan Ollero, Macià y Mel en cada una de sus declaraciones, al igual que los capitanes del vestuario Jorge Molina, Adán y Xavi Torres. El bético puede empezar a sentir una chispita de ilusión con vistas al futuro, pero siempre con precaución. El objetivo a corto plazo debe ser trabajar codo a codo para conseguir la estabilidad necesaria en un equipo de Primera; a medio plazo, volver a entrar en Europa habitualmente; y a largo plazo, por qué no, luchar por algún título de vez en cuando, que no es algo inviable para el Betis.
A nosotros los béticos solo nos queda exigir un Betis que se acerque a lo que merecemos. Que se acerque, porque el club nunca podrá igualar a su extraordinaria y mágica afición. Es imposible predecir qué nos deparará el futuro, lo único que sí sabemos es que en la temporada 2015/16 el Betis jugará por 50ª vez en su historia en la Primera División española. Y, por favor, Segunda nunca más...
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